Si Trump lo dice, debe ser verdad

Durante las últimas semanas el máximo representante del país más poderoso del mundo ha cambiado aquello que no sabíamos o que pensábamos que era diferente de acuerdo a nuestra perspectiva occidental. Por ejemplo, presidentes que fueron elegidos democráticamente y que cumplen con las reglas de sus países hoy son tratados como dictadores, los mandatarios que pensábamos que regían con mano de hierro y que eliminaban a sus opositores ahora son grandes personajes, aquellos que agredían hoy son los agredidos, el país que impulsó la globalización hoy se libera poniendo aranceles hasta el 245%, también encarcela a migrantes en países que ahora son amigos y se ríe de sus antiguos socios. Si se quiere invadir Panamá, Canadá o Groenlandia lo puede hacer, total el crecimiento económico se construye invirtiendo en países competitivos que utilizan pobres para producir y que después se convierten en enemigos porque invierten en sus ciudadanos Si lo dice el poderoso, debe ser verdad.

También disfrutamos del mutismo de aquellos que han cometido grandes fraudes y lo peor de quienes con su silencio los amparan en las sombras sin dar la cara. La derecha corrupta compara fraudes de miles de millones con cientos de millones, robar es malo, pero es lo de siempre. Robar una gallina sigue siendo más grave que robar un banco o defraudar un municipio. En estos años frente a un acto de corrupción de miles se enfatiza sobre el caso de cientos o decenas. Si los medios buscan el empate, debe ser verdad.

Sin más, aquellos que prometían ser los paladines de la justicia social, hoy con las manos en el poder tampoco parece que han cuidado por lo que luchamos. Bailan porque las AFP van a recibir más dinero, no terminan con el sufrimiento del pueblo mapuche o entregan el litio a los nietos de un tal Daniel López. Es posible que suban las pensiones a futuro, pero ¿bailar por algo que es contrario a los octubristas que marcharon, que perdieron su vista o que murieron luchando por el derecho a vivir en paz? no es comprensible. Si los paladines bailan contra nuestro verdadero octubrismo, debe ser verdad.

Cuando la fiscalía decide perseguir un delito, se intuye que la persecución se trata de un análisis técnico, pero se nos olvida que el poder judicial estuvo intervenido por abogados corruptos, que elegían jueces y que intervenían en fallos. Nadie se pregunta si esto, considerando que el Tribunal Constitucional es un juzgado político y no judicial y que la Corte Suprema no ha modificado la designación de jueces, será posible que algunos casos que demoran años para ser juzgados terminan justo cuando termina un ciclo político o sólo será mala suerte. Si lo dice la justicia debe ser verdad.

En nuestra ciudad nos gobierna un alcalde que dijo que nos defendería de la delincuencia, pero la primera medida fue destruir uno de los principales espacios para pasear y conversar, nos prometen terminar con el comercio ambulante y destruyen un espacio para que este se desarrolle, sólo vemos un discurso populista y libertario, en base a lo que la masa quiere escuchar. Si el alcalde lo dice, debe ser verdad.

Día a día nos están diciendo, tal como la película, que no miremos para arriba y construyen un discurso individualista resaltando a aquellos líderes que tienen un discurso individualista, cortoplacista y que defienden sus espacios sin pensar en que el mundo se construye con medidas a corto, mediano y largo plazo. Construyendo monstruos que nos vienen a atacar o un enemigo poderoso que quiere destruir nuestra forma de vida mientras cerramos el metro y comemos pizza.  Hoy Maduro o Cuba son los monstruos, pero si necesitamos a futuro su petróleo y recursos no sería tan malo. Ayer nuestro enemigo eran los rusos y los chinos, hoy no son tan malos, antes de eso eran los comunistas, pero hoy hacemos negocios con ellos. Si ellos lo dicen, debe ser verdad.

Este discurso cortoplacista que escuchamos todos los días, que nos distrae del verdadero foco es aquel que puede poner en juicio la posibilidad que un meteorito destruya la tierra, ya que frente a ese problema futuro, de seguro nos enredarán en la discusión sobre la conveniencia económica de utilizar los recursos. Tal como nos pasó en la discusión sobre la ley corta de Isapres en que la discusión se centró en cómo se debían salvar estas instituciones, pero jamás se discutió sobre la problemática de los afiliados o el sistema de salud en general. Lo mismo pasó con la ley de AFP, en la cual el tema se centró en el aporte que estas hacen al sistema financiero y a la propiedad de los fondos, pero que nunca se centró en el valor de las pensiones. Lo importante es no tocar la plata de los afiliados. Si pagan pensiones de miseria esto se soluciona con una ley general de impuestos o con la promesa de unos retiros que jamás se ejecutarán. Si este es el discurso, debe ser verdad.

Ayer veía a un periodista que defendía este modelo individualista, que en la mirada presente, ensalzaba a los líderes que defienden nacionalismos, que no piensan en alianzas, que suben aranceles, que cierran fronteras para inmigrantes, que invaden países para obtener recursos, que esclavizan a personas para ser más competitivos. La humanidad no importa, matar o destruir un palacio de gobierno es necesario y sin alternativa, cuidar el medio ambiente es de inoperantes, ser tolerantes con minorías y el derecho de las mujeres es de comunistas, apoyar a países que sufren es de imbéciles. Lo importante es salvar el ahora, no importa que en unos años más esas mismas personas o países sean nuestro problema ya que cada vez que niego la realidad al final nos toca. Lo importante es lo que dice Tump, porque si lo dice algo debe ser verdad.

Alfredo Martinez

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