Movimiento 4B: Las coreanas ya no quieren un romance de K-drama

Los famosos k-drama han potenciado una visión sobre cómo se comportan los hombres coreanos con las mujeres. ¿Cómo no enamorarse de una cultura que parece tan perfecta a través de las series que consumimos?. Sin embargo, aquellos encantadores protagonistas de las series coreanas están muy lejos de la realidad respecto a las acciones y creencias del hombre coreano promedio.

Los hombres coreanos que profesan ideas misóginas, antifeministas y ultra conservadoras no son una minoría molesta de Twitter, sino que son miles de sujetos que difunden imágenes sin consentimiento, amenazan e insultan a mujeres coreanas de todas las edades, tanto por vías digitales o en persona. 

Los escándalos sexuales, la desigualdad de género, los estándares de belleza imposibles y la espera de la sociedad a que las mujeres coreanas se acostumbren a vivir injusticias y se limiten a tener hijos en un país con baja natalidad provocó la creación del Movimiento 4B, un colectivo feminista, separatista y radical. 

Este movimiento feminista adquirió bastante atención debido a sus cuatro principios que pueden parecer radicales: no tener sexo con hombres, no tener hijos, no salir con varones ni tener novio y no casarse con hombres. Se refleja una fuerte decepción e insatisfacción entre las mujeres jóvenes de Corea del Sur, quienes sufren de violencia doméstica y digital, disparidades económicas y presiones culturales. Mujeres que prefieren una vida sin hombres. 

El Movimiento 4B no ha sido la única demostración del hartazgo femenino hacia la sociedad coreana, sino que se fortaleció “Escapar del corsé”, un movimiento que llamaba a las mujeres a «liberarse de la opresión sexual, social, física y psicológica». Las manifestaciones de esta corriente consistieron en destruir maquillaje, raparse la cabeza e ir en contra de los cánones de belleza. Los estándares de belleza en Corea del Sur son imposibles de seguir para una persona saludable, en especial para las mujeres. Esta meta inalcanzable no solo afecta la salud física y mental femenina, sino que la sociedad coreana espera que todas las mujeres sean perfectas, exigiéndoles comer menos y operarse en caso de ser necesario. 

En 2017 llega la campaña #MeToo a Corea del Sur, momento en el que autoridades públicas, idols y figuras reconocidas fueron denunciadas de violación y crimenes sexuales. Este movimiento reveló matices oscuras de la sociedad coreana: muy pocas mujeres obtenían cargos políticos importantes, casi todas las mujeres tenían una historia de acoso sexual que contar y existía una cultura de culpar a la víctima por estos episodios. 

El acoso laboral fue uno de los ejes centrales del #MeToo coreano, ya que se presentaron cifras sobre un incremento de casos de acoso sexual en el trabajo a través de los años, dentro de los cuales un 80% no eran denunciados. 

Estos dos episodios marcaron profundamente al Movimiento 4B, que nació en Twitter en algún momento de la década del 2010, por lo que es difícil dejar claro cuál fue el hecho específico que lo potenció a convertirse en el movimiento que es hoy. 

Entre los acontecimientos que posiblemente provocaron el fortalecimiento del 4B están los repetidos casos de cámaras ocultas en baños de mujeres o mientras mantienen relaciones sexuales, que luego son difundidas en Internet e incluso a veces son usadas para extorsionar a las víctimas. Otro hecho fueron las insistencias de mejorar la tasa de natalidad en Corea del Sur por parte del gobierno, quienes decidieron lanzar un mapa para visualizar cuántas mujeres en edad fértil había en cada distrito del país. Este método fue considerado insensible, ya que parecía que el gobierno reducía a las mujeres a máquinas de reproducción. 

Es imposible calcular la cantidad exacta de participantes en el movimiento debido a que muchas mantienen su anonimato por seguridad, sin embargo, las estimaciones varían entre 5.000 y 50.000 mujeres.

Además de mantener nulas relaciones con hombres, el movimiento se opone a las políticas natalistas que promueve el gobierno de Corea del Sur, a las expectativas de género como casarse y tener hijos, y a los estándares de belleza que promueve la sociedad coreana. Las feministas 4B también reivindican la lucha contra las desigualdades económicas de género como la brecha salarial y laboral.

A día de hoy han ocurrido casos que han potenciado el 4B como, por ejemplo, el descubrimiento de chats de Telegram entre menores de edad que utilizaban inteligencia artificial para crear porno “deepfake” de sus compañeras de colegio. Este no fue un caso aislado, ya que más de 220.000 estudiantes de todo el país eran participantes activos de estos chats. Los estudiantes escolares y universitarios de Corea del Sur han normalizado el uso de estas tecnologías para divertirse. A este fenómeno, que trasciende edades, se le denomina “Epidemia Deepfake”. Estas situaciones provocan que las mujeres coreanas sientan angustia y ansiedad a la hora de comunicarse o subir fotos a redes sociales, incluso provocando que jóvenes revisen en estos chats si sus fotos han sido modificadas. 

La hostilidad hacia mujeres, sobre todo hacia las feministas, ha ido escalando en términos de violencia. La mayor violencia es digital; los hombres coreanos cuentan con foros para insultar al movimiento feminista en general y atacar en masa a mujeres consideradas  feministas o con opiniones moderadamente progresistas sobre el género. Lamentablemente la violencia no se limita a esta vía. Si una mujer declara ser feminista en público puede ser atacada físicamente por hombres. En general, en Corea existe una burla hacia las corrientes feministas, especialmente hacia el movimiento 4B, acusándolas de ser las responsables de la baja natalidad en Corea. 

Muchas cuentas de feministas coreanas en Twitter han sido denunciadas en masa por visibilizar la violencia machista que sufren las mujeres día a día en la televisión, en la vía pública y en las redes sociales. 

Lamentablemente Corea del Sur no es como un k-drama de romance, sino que es una sociedad profundamente misógina, donde las mujeres deben sobrevivir día a día a la violencia patriarcal que no pareciera enfrentarse al peso de la justicia. 

Daniela Veas

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